Día 2: Herculano

El desayuno lo teníamos incluido, pero no es en la casa, es en la cafetería que hay justo nada más salir a la izquierda; bajamos acompañados por Alessandro, y fue él mismo el que nos sirvió y nos preguntó si queríamos algo más. El desayuno sin ser abundante, para nosotros fue suficiente, por lo menos el chocolate que nos pedimos estaba recién hecho y muy bueno.

Estos días nos iba a acompañar la lluvia y según las previsiones hoy iba a ser algo peor que mañana, así que pusimos rumbo a Herculano (en italiano, Ercolano). Fuimos a coger el tren de las 9’16 que llego con unos minutos de retraso, el trayecto hasta Ercolano Scavi dura cerca de media hora; hay que fijarse porque Ercolano tiene dos paradas.

El día estaba amenazante de lluvia pero en aquellos momentos aguantaba, así que fuimos directos a las ruinas; no tiene perdida, bajando la calle desde la estación, al final.

Compramos una entrada que vale 20 € y es válida durante 3 días consecutivos para las ruinas de: Pompeya, Herculano, Boscoreale, Oplontis, y Stabia. Las entradas de Pompeya y Herculano sueltas valen 11 € cada una; las de Boscoreale y Oplontis 5’50 € cada una; y Stabia es gratuita. En todos estos lugares también es valida la Campania artecard, pero echando números al final no nos quedó muy claro si nos iba a compensar y no la compramos. En todos estos lugares el horario de invierno (de noviembre a marzo) es de 8’30 a 5’00 y última entrada a las 3’30. Y en verano de 8’30 a 7’30 y última entrada a las 6’00.

Las excavaciones arqueológicas de HERCULANO, se encuentran en un excelente estado de conservación, incluso se conservan viviendas de dos plantas. El 24 de agosto del año 79 esta ciudad fue sepultada bajo varios metros de fango, ceniza y lava, que es lo que ha hecho que hoy en día estén las ruinas tan bien conservadas. La ciudad de Herculano fue golpeada por el volcán con más fuerza que Pompeya y sus ciudadanos no tuvieron tiempo de huir. Anteriormente en el año 63 sufrió otro terremoto del que se estaba recuperando. Esta ciudad fue un centro de veraneo, con numerosas y ostentosas viviendas, y pocas destinadas a actividades laborales.

Las ruinas se encuentran a un nivel bastante bajo, porque la ciudad actual se construyó sobre la antigua. Nosotros comenzamos desde abajo del todo (por el  numero 1), utilizamos un mapa que llevábamos impreso (replica del oficial que hay en la pagina web) y previamente habíamos marcado en el mapa los lugares más importantes; por cierto, con la entrada no dan ningún mapa, ni siquiera un folio, si quieres mapa sólo lo venden con la audio guía, que creo recodar que valía 5 €.



Casa del relieve de Télefo, una de las más elegantes

Casa del relieve de Télefo


Thermopolium, establecimientos donde se vendían bebidas y comidas calientes

Palestra



Colegio de los Augustales


Termas, vestuarios

Termas masculinas

Termas

Casa del Mosaico de Neptuno y Anfítrite, el nombre de la casa se debe al mosaico



Casa del Tabique de Madera, denominada así por la puerta corredera para preservar la intimidad

Casa del Gran Portal



Casa de Argos

Casa de Argos

La visita nos llevó alrededor de 1’30 horas, y la disfrutamos mucho porque había muy poca gente, en algunos lugares incluso estábamos solos. Nos encontramos algunas casas cerradas de las más importantes como la Casa de los Ciervos y la Villa de los Papiros.

Tras la visita comenzó a llover, tocaba visitar el MUSEO ARQUEÓLOGICO VIRTUAL, allí puedes elegir entre comprar la entrada del Museo, la del cine 3D, o ambas. Nosotros elegimos esta última opción, que nos costó 11’50 €. La visita del Museo Virtual nos gustó bastante, porque vas viendo diferentes películas en las que van recreando como eran los monumentos principales y como sucedió la erupción; la película nos gustó bastante menos, porque el 3D es muy flojillo; pero hay que decir que el precio nos parece algo caro para lo que ofrece. El horario de invierno (de octubre a febrero) es de 10’00 a 4’00. Y en verano de 9’00 a 5’30.






Y tras estas visitas, ya se había hecho hora de comer, la Via IV Novembre que es la calle que va de la estación de trenes a las ruinas pasando por el museo, está repleta de bares.

Nosotros elegimos Luna Crapese, un restaurante local bastante sencillo, pedimos una ensalada para compartir, un plato de pasta para cada uno, las cervezas y los limonchelos, total 22’50 €; nos gustó bastante.



Luego al tren, teníamos que comprar el billete, pero en ese momento no había nadie en la taquilla, el tener que esperar nos hizo perder el tren, lo que suponía media hora; así que no está de más comprar dos billetes para no tener que esperar.

Como no era tarde decidimos ir a Oplontis, aquí la excavación arqueológica es mucho más pequeña, ya que es solamente una casa; pero no miramos horarios y al llegar estaba ya cerrado, cuando llegamos quedaría casi una hora para el cierre, al ser más pequeño no imaginábamos que la última entrada sería también una hora y media antes, pero sí.

La tarde estaba lluviosa, así que volvimos a la estación a esperar el siguiente tren; en esta estación, Torre Annunziata Oplonti, los billetes se compran en el bar de enfrente de la estación.

A nuestra llegada a Pompeya pasamos a ver si podíamos visitar la iglesia, pero como estaban en misa desistimos.

Fuimos al hotel un rato a descansar, y como era de esperar nos dormimos, pero que caray estábamos de vacaciones, y los lugares a visitar ya estaban cerrados.

Salimos poco antes de las 8 y fuimos directos a la iglesia, que nos la cerraron en nuestras propias narices, así que fuimos a tomar algo, a uno tipo ingles, The British Pub; el local está bien, pero la cerveza algo cara, la pinta 5 € y no estoy segura que fuera el tamaño real de una pinta inglesa.

Nos decidimos ir a cenar a uno que nos había recomendado Alessandro, pero estaba cerrado; se ve que como muchos restaurantes cerraban el lunes, este lo hace los martes.

Así que nos fuimos hacia la zona de las excavaciones arqueológicas donde hay bastantes lugares, elegimos uno muy grande, llamado Zi Caterina (cerca de la heladería de ayer). Pedimos una pizza y unos escalopines a la sorrentina (un plato de carne que no teníamos muy claro lo que era), nuestras cervezas habituales, y los limonchelos (que no faltaron en ninguna comida o cena); nos salió todo por 33 €, algo más caro que ayer pero bien, lo que pasa que uno de los limonchelos estaba medio vació y eso que valía 3 €, así que no salimos satisfechos del todo.


Escalopines a la sorrentina, su presentación te deja un poco mal, pero estaban bastante buenos.

Luego paseando en poco más de cinco minutos llegamos al hotel, un poco de internet, revisar la ruta y las previsiones meteorológicas como todos los días y a dormir.

5 comentarios:

  1. Cuando visitamos Herculano, hace un montón de años, me encantó ya que se conserva muy bien. Vaya! me hacéis entrar ganas de volver.

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  2. A nosotros también nos gustó mucho, eran lo primero que veíamos del viaje, y nos sorprendió el estado de conservación. Además como no tiene tanto turismo como Pompeya disfrutamos la visita.
    Saludos.

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  3. Deseando ir!! igual cae este puente de mayo, ya te diré, estoy en ello. Un abrazo :)

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  4. A ver si cae, seguro que te encanta.
    Saludos.

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  5. De Herculano a Oplontis cuánto tiempo haces?

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